miércoles, 13 de mayo de 2009

¡¡¡¡BAAAJAN!!!!!


El maldito caballo me tiró las veces que quiso, con el no aplicaba ninguna técnica, ni la de Ray Hunt ni la de Santos Rosales.

Era un caballazo cuarto de milla color alazán oscuro, regalo de Bladimir, quien sabe que traumas traería este animal o sencillamente era originario de monclova (se sabía toda la Ley Federal del Trabajo), no quería trabajar e inventaba todas las argucias posibles. Le quitabamos una maña e inmediatamente sacaba otra.

Al intentar montarlo caminaba hacia atrás rapidamente.
al poner el pie en el estribo arrancaba a todo galope, dejandome con la pata como los perros.
al estar montado se entincaba, se amachaba tanto que hasta temblaba y no lo hacias caminar.
al galopar dentro del ruedo de pronto se avalanzaba sobre la barda.
lo último que intentó y con éxito fue que de repente con jinete arriba y sin avisar, se azotaba.

Lo odié como nunca lo había hecho pero no quería deshacerme de él. Al fin se lo vendí a alguien que sabía mucho menos que yo de caballos pero que como siempre pensó que el tontejo era otro, el tiempo reveló que el caballo era intelectual y quería vivir becado.

La foto en la parte superior corresponde a la película "the rounders", en español "los desbravadores", filmada en 1964 con Glenn Ford y Herny Fonda, la acabo de ver en telecable la semana pasada, trata de un amansador que tiene un caballo con similares características que el mencionado, lo gracioso es que Ford, después de una de sus muchas malas experiencias con el equino dice la siguiente frase: " lo llevaré a vender a una fábrica de alimento para perros, luego compraré un paquete de alimento proveniente de la carne de este caballo, buscaré el perro mas miserable y sarnoso que encuentre y lo alimentaré con él". Claro que como casi siempre pasa, no cumplió su palabra y se quedó con el caballo.

Esa frase dibuja fielmente mi sentir respecto de aquel caballo, lo vendí por cuestiones prácticas, en otra$$$ condiciones no lo habría vendido.

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