viernes, 26 de febrero de 2010

Plegaria del caballo


Amo mío: permiteme que formule ante ti mi plegaria.
Después del trabajo y de las fatigas del día, dame albergue en una caballeriza apropiada y limpia.
Cuida de alimentarme convenientemente y de mitigar mi ardiente sed, no puedo participarte cuando tengo sed o cuando estoy enfermo.
Pero si tu me atiendes yo te puedo servir más eficazmente, porque tendré más fuerzas.

Si dejo la pastura, manda revisar mis dientes.
No permitas que me corten la cola, pues es mi única defensa contra las moscas y demás insectos cuyas picaduras me atormentan.

En el curso del trabajo, hablame; tu voz es más eficaz que las riendas y el fuete.
Acariciame y enseñame a trabajar con buena voluntad.
No me fatigues en las subidas ni me sofrenes en las bajadas.
No me cargues demasiado.
De muy buena voluntad te sirvo hasta donde me alcanzan mis fuerzas.

No olvides que estoy dispuesto a morir en tu servicio en cualquier momento.
Mientras vivo trátame con la consideración debida a un criado fiel.

Si no te entiendo inmediatamente, no te desesperes y me castigues; es muy posible que no sea mi culpa.
Examina las riendas, no sea que no transmitan correctamente tus ordenes por estar atoradas o torcidas.
Mírame las herraduras, a ver si me lastiman.

Querido amo, cuando la edad me haya hecho débil o esté inválido, no me condenes a muerte por hambre.
Juzgame y si fuera necesario mátame tu mismo para que mis sufrimientos sean menores.

Perdona haber ocupado tu atención con ésta humilde plegaria, que ruego no olvides, yo te la hago respetuosamente invocando a aquel que nació en un pesebre.

3 comentarios:

  1. Preciosa plegaria, me has enternecido.

    Bonitas palabras muy bonitas.Los animales que nos rodean harían cualquier cosa por nosotros porqué no nosotros por ellos . Es lo más sensato y lo mas justo.

    Saludos vaquero

    ResponderEliminar
  2. Hay una palabra preciosa que resume tu hermosa plegaria: Respeto.
    A nosotros mismos,a los que nos rodean,a los animales por extensión y a la madre naturaleza que lo abarca todo.

    ResponderEliminar
  3. ¡Cómo me gustaría poder cabalgar! Y cuidar, como dice la plegaria, de mi cabalgadura.
    Pero los tiempos modernos hacen difícil tener un caballo ¡Qué triste! pero, ni modo.
    Al menos podemos tener un perro, animal también noble y que podría hacer una plegaria similar. No nos servirá el perro para el trabajo (tampoco me es posible tener ovejas y como guardián mi perro no tiene bienes que cuidar) pero siempre será una excelente compañía.
    Por cierto, mi perro se llama "Mayo". De lejos y mirándolo distraídamente parece labrador, pero sólo es un perro ecléctico y muy buen simulador. Eso sí, nos queremos y nos respetamos mucho.

    ResponderEliminar