De cangrejos y Rodeo

Me dijo en una ocasión el buen amigo Diego que: "a la gente que va al rodeo en la actualidad, le pasa lo mismo que a los fanáticos del automovilismo; desconocen la fórmula I, en cuanto entró las NASCAR, se olvidaron del origen de ese deporte".

Pues sí, creo que sí. Al menos a la afición Saltillera, pero con el agravante de que si no tienes opciones pues te vas con lo que los señores empresarios te quieran dar y hasta ahi.
Mañana se presenta una empresa de rodeo que ha tratado a nivel nacional de ofrecer un espectáculo de vanguardia pero ¡oh sorprais!, en cuanto los dinosaurios del rodeo se enteraron pusieron a andar la maquinaria, una maquinaria que si actuara para mejorar, otra cosa sería. La estrategia entonces consiste en hacer un rodeo alterno, presentando como atracción principal: ¡¡¡a un grupo musical!!! de esos que llevan gente al rodeo solo a escuchar música y los vaqueros quedan para después.

Y luego nos preguntamos porqué los gringos y más recientemente los brasileños nos andan aventajando en este deporte, pero bueno, esa es otra historia.
Viene a colación el cuento de los cangrejos de la cubeta, que al querer salir de ésta se aglomeraban para que uno de ellos ascendiera y al estar para salir estirar a los de abajo para así formar una cadena y salir todos. Contrario a ciertos cangrejos que en cuanto uno de ellos quiere salir, los demás lo estiran para evitarlo.

Hace unos años, un periódico de la ciudad me invitó a escribir acerca del rodeo, invitación que me hubiera gustado mucho aceptar pero después de pensarlo prolongadamente, decidí no formar parte de la misma enfermedad que aqueja a mi deporte favorito, después de todo si no voy a hablar bien masivamente pues tampoco quise hacerlo en negativo y es que el tema está como hoy se los platico.

Definitivamente, el respetable público conocedor pagará por lo que quiera recibir, que para eso celebramos este año 100 años de cambio y 200 de Libertad, nadie los lleva a fuerzas.
Que pase lo que tenga que pasar y que sea para bien. Suerte para todos. Luego no digan que nomás hay de una sopa.