Ayer toda la tarde y anoche toda la noche estuvo lloviendo en la ciudad. Repentinas y atípicas lluvias que contribuyeron a humedecer el seco frio del pasado fin de semana y en eso estaba cuando pensé que tales lluvias ayudarán a que entre la primavera con más fuerza y que la sierra de Zapalinamé, tan propensa a incendiarse ( natural o artificialmente) pueda tener alguna defensa contra el elemento ígneo. En nuestra geografía semidesertica siempre es una tristeza la intromisión de éstos desastres, mayormente cuando son provocados por la inconciencia y estupidez de individuos a quienes la naturaleza no les inspira mayor respeto.
Uno de tales individuos me gusta pa que sea el tal Al Gore y su tema de moda "el calentamiento global" con el cual ha acrecentado su riqueza económica al dedicarse a dar platicas alrededor del mundo, irguiendose como paladín del planeta, no obstante que fue vicepresidente del país más contaminante del mundo y sus circundantes y de los Acuerdos de Kioto jamás se acordó.
Defensores reales del planeta siempre han existido, pero nunca sus voces se han escuchado, mas como éste mister trae todo el power, ahi anda la gente boba escuchando (pagando) lo que ya sabemos, apoyado con exceso de tecnología consumidora de energía electrica producida por carboeléctricas y sus emisiones.
Tan ya nos sabemos la tonada como que en el año de 1854, el Gran Jefe Seattle, contesta mediante extensa misiva al Presidente Franklin Pearce, sobre las intenciones de éste de comprar las tierras de los nativos y recluírlos en reservaciones. De la carta se hace una pequeña extracción:
" ¿Cómo se puede comprar el cielo o el calor de la tierra?, Esa es para nosotros una idea extraña, si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos? Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es forastero que llega en la noche y extrae de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó prosigue su camino.
Nuestras costumbres son diferentes y no comprendo porque no hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer en la primavera o el batir de las alas de un insecto.
No comprendo su forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriendose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar, búfalos que nosotros sacrificamos únicamente para sobrevivir. ¿qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fueran el hombre moriría de una gran soledad de espíritu pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendose a sí mismos.
Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el piel roja.
Este destino es un misterio para nosotros pues no comprendemos el porqué los búfalos sean exterminados, los caballos salvajes sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruidas por hilos parlantes.
¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció
¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia."
Gran Jefe Seattle
Tribu Suquamish
Al Gore
(gore gore gore, tilín tin tin)...