Nadie pensaría que comprar una llanta nueva puede causar la muerte...
Resulta que hace unos días regresabamos de Monterrey a Saltillo, como siempre a velocidad moderada, afortunadamente al salir de unas curvas estalla una llanta delantera, digo afortunadamente porque las curvas son de bajada y muy pronunciadas, si el incidente hubiera pasado en éstas, es hora que todavía estuvieramos echando vueltas.
"Ahogado el niño, a tapar el pozo" dice el refran. Me puse a investigar las características de las llantas y me entero de que estas tienen entre muchas especificaciones regidas por una normatividad internacional, fecha de caducidad.
Así, referente a la primera frase, solemos pensar que una llanta "nueva" o con dibujo completo nos dará un buen servicio; no es así. Las llantas están fabricadas con azufre el cual deteriora con el paso del tiempo al resto de los componentes de ésta, debilitandola en su estructura.
Se da el caso de que alguien adquiera un vehículo nuevo pero las llantas (aparentemente nuevas) ya tienen años de fabricadas lo que significa que su duración y eficiencia se verán reducidas.
Hago incapié, aunque estén desmontadas y almacenadas, el azufre cumple su función y la llanta día a día se desgasta.
Recomendación: En el costado de la llanta tiene grabado un numero (4 dígitos); los dos primeros representan la semana, los dos segundos el año en que fue fabricada la llanta, tal como se ve en la foto. en este caso sería agosto de 2006.
El distribuidor debe ofrecer solo llantas con una antigüedad no mayor a 2 años pero tal vez no conozca tal disposición por lo que al adquirir una llanta debemos exigir comprobar tal dato. Una llanta nueva no debe usarse pasados 5 años de su fabricación por muy buena apariencia que tenga.
Espero que el presente sea de utilidad y recuerden que "no hay que llegar primero, hay que saber llegar"